jueves, 3 de agosto de 2017

No tiene

No tiene que estar nublado y frío para recordarte, ni lluvioso y lleno de soledad para sentirte.
Creo que la belleza también habita entre los rayos del sol que me hacen cerrar los ojos poniéndolos más chinos.
O en las flores que hacen juego con las nubes blancas y cambiantes del bello azul.
No, no tiene que ser de noche para que tú brillo me alumbre el corazón.
La claridad también me es memoria latente de tu alma, y el calor punzada de tus brazos.
Tampoco tiene que haber silencio para escuchar tu voz, el ruido no opaca tu hablar ni tu risa allá donde estás.
No tiene que estar en calma para anhelar tu presencia, la brisa que revoletea mi cabello con impetuosa fuerza pone en mi memoria aquella persona arrolladora que eres.
El mar no tiene que estar dormido ni las mariposas en un árbol.
Para amarte, no tiene.

—Isnelda Sayas.

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