miércoles, 31 de enero de 2018

¿Se te ha desarmado una flor en las manos?

Hay infinidades de desagradables sensaciones en el sueño de la vida, con cada vuelta al sol y claro de luna. Pueden marcarte o herirte, congelarte o hacertre percibir cuán seco son estos huesos.
Pero dime: ¿Se te ha desarmado una flor en las manos? ¿Has tocado cómo lo marchito destroza y te quedas con mil pétalos? Como si se desarmaran todas las esperanzas, como si el hálito te fuera quitado. Segundo fatídico, mortal, infernal. Una rosa que ya no es más.

-Isnelda Sayas.

Lo que soy es vida

Tu toque me volvió flor que no  se marchita, un cielo que no pasa, una inmortal.
¡Ya no perezco! ¡ya no soy efímera! Ahora el sol se esconde y no lloro, se inunda el mundo y no me ahogo.
Tengo los colores con los que hiciste añicos mi oscuridad, en mi cabello,  en el alma, y allá en mis sueños.
¡Y con ellos yo pinto y canto! canto una canción  en el lienzo, es sobre el nuevo arcoiris que soy, es sobre tus maravillas que no podría expresar con lenguaje ni voz.
¡Ahora ya vivo! Entonces puedo sentarme a la orilla del abismo tranquila,  porque todo lo que veo eres tú, y todo lo que contemplo es hermosura, y lo que siento es plenitud, y lo que pinto (porque eso me diste, eso soy) es vida.

-Isnelda Sayas.

Sensible

Ando en la vida sintiendo, absorbiendo, volviéndome lo que percibo: su presencia, amaneceres y puestas de sol, nubes de algodón y aves desafiándolas, agua y tierra, flores y raíces, luna, estrellas y planetas.
Todo lo atesoro, en todo me sumergo, luego me hundo y me ahogo y no necesito auxilio.

-Isnelda Sayas.