viernes, 4 de agosto de 2017

¡Cuánto gozo!

¡Cuánto gozo en cascada de lágrimas!
Bella fortaleza de vida, de bienaventuranza.
Dulce presencia que pone conmoción de espíritu a tan abatido corazón. Que hace temblar las razones de la mente, y las derriba.
Irresistible el ahogarse en ella, imposible el abrazarla toda, inalcanzable entendimiento de ella.
Increíble imaginación, nunca has soñado lugar mejor, nunca serán reales tus mundos y nunca entenderás aquella presencia.
Es real ¡Cuánto gozo! Es otra cosa, cosa de Dios, sin mudanza ni sombra de variación.
Estas letras no logran formarse dignas ante ella.

—Isnelda Sayas.

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